DIOS DE LA TIERRA

Brotes de Olivo

Ap. 21,3



Mim
Cuántas tragedias padece el mundo,
Re
cuántas demandas a Dios hacemos,
Lam Si7ª
y cuántas veces Él no contesta:
Lam Si7ª
parece sordo, guarda silencio.

Mim
Da la impresión de que no le importa
Re
tanto dolor, hambre y sufrimiento,
Lam Si7ª
y surge una luz que nos recuerda
Lam Si7ª
lo que ya nos dijo en otros tiempos…

Mim Re Mim
“Cuando en verdad seáis uno,
Mim Re Mim
en la tierra me verá mi pueblo.
Re Mim
porque juntos-conmigo sois yo,
Si7ª
Enmanuel, el mismo Dios del cielo.
Lam Mim
Y de todo eso que me piden,
Lam Re
dádselo vosotros, de lo vuestro.
Lam Si7ª Mim
Yo, desde los cielos, no haré milagros:
Si7ª Mim
vosotros, Dios de la tierra, hacedlos.”

Cuanto menos afines seamos,
con más motivo hemos de hacerlo.
Y al buscar lo bueno que hay en todos,
Dios mucho más nos saldrá al encuentro
para hablarnos del Dios de la tierra,
y por qué razones no lo vemos.
Nos dirá que por cerrar los ojos
del alma que nos hace ir ciegos.

Sólo buscando con los distintos
en el Dios Uno nos fundiremos,
y si somos miembro libre y fiel,
con más sed ser cuerpo ansiaremos.
Y hallaremos al Dios de la tierra
fruto de la oración en silencio
y todos verán en los tejados
lo mucho rezado en lo secreto.